Las instalaciones industriales que almacenan, procesan y generan sustancias peligrosas tienen asociado un determinado nivel de riesgo, dado que existe la posibilidad de inducir consecuencias adversas sobre elementos vulnerables (personas, bienes materiales y medio ambiente), como resultado de los efectos dañinos (térmicos, físico y/o químicos) originados por sucesos incontrolados en sus instalaciones o actividades.
Los estudios HAZOP de las instalaciones se realizarán con el objeto de identificar todas aquellas desviaciones respecto de las condiciones de diseño que puedan conducir a accidentes, o que puedan constituir graves problemas de operabilidad, con especial atención a las desviaciones capaces de provocar accidentes con graves consecuencias.
La metodología HAZOP consiste en el análisis detallado de las posibles desviaciones frente a las condiciones de operación normal en las líneas y elementos pertenecientes a una determinada planta de proceso.
Los riesgos potenciales exigen que las plantas adopten estrictos criterios tanto en el diseño de las instalaciones y equipos, como en la adopción de medidas de seguridad. Éstas últimas se traducen en las múltiples Capas de Protección existentes en las instalaciones.
Dichas instalaciones deben adoptar estrictos criterios tanto en el diseño de las instalaciones y equipos, como en la adopción de medidas de seguridad. Estas últimas se traducen en las múltiples capas de protección (preventivas y de mitigación) existentes en las instalaciones.
Cada capa de protección está compuesta de equipos y/o procedimientos de control que actúan conjuntamente con otras capas de protección para controlar y/o mitigar los riesgos de los procesos.
Las capas de protección (ver figura sobre estas líneas) se pueden dividir en:
Son aquellas que tienen el propósito de detectar y evitar los sucesos que dan lugar al accidente o lo que es lo mismo, son las que han de actuar antes de la pérdida de contención de materia o energía (reducen el riesgo disminuyendo la frecuencia del accidente).
Las más comunes son:
Son aquellas diseñadas para minimizar la severidad de las consecuencias del accidente. Es decir, han de actuar después de la pérdida de contención de materia o energía (Reducen el riesgo disminuyendo las consecuencias del accidente). Dentro de éstas se incluyen entre otras:
Un Sistema Instrumentado de Seguridad (SIS) es un sistema compuesto por sensor, convertidor lógico y elementos de control finales o actuadores con objeto de llevar el proceso a un estado seguro cuando se vulneran unas condiciones predeterminadas.
Dado que los Sistemas Instrumentados de Seguridad constituyen una medida de seguridad o capa de protección que debe actuar en caso de fallo del control de proceso y de una actuación incorrecta por parte del operador, dichos sistemas deben disponer de unas condiciones de seguridad y fiabilidad suficiente que garanticen su correcto funcionamiento cuando se les demanden.
La Asignación SIL establece la Probabilidad de Fallo en Demanda (PFD) que los SIS deben garantizar acorde al Índice SIL establecido o calculado. Los distintos componentes del SIS (sensor, lógica y actuador) deben tener una PFD tal que la PFD del sistema global sea inferior a la establecida en las normas de Seguridad Funcional.
Con relación a lo anterior, Bequinor, con la colaboración de Inerco, ha organizado nuevas ediciones de los cursos Estudios HAZOP (14 y 15 de marzo) y Estudios análisis SIL – Ciclo de vida SIS (21 y 22 de marzo), y que modifican su enfoque para ampliar el tiempo dedicado a casos prácticos.
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