I+D+i y desarrollo tecnológico, pilares de la industria portuguesa

En la última década se ha producido un significativo cambio en la especialización de la industria transformadora en Portugal, que ha pasado de una dependencia de las actividades industriales tradicionales a una situación en la que nuevos sectores con mayor incorporación tecnológica han ganado peso y ritmo de crecimiento, destacando el sector automóvil y sus componentes, la electrónica, la energía, el sector farmacéutico y las industrias relacionadas con nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
El sector industrial representa una importante parte del PIB portugués, más del 20%, y del empleo (24%), a pesar de la mayor incidencia y diversificación de los servicios en la actividad económica, en sintonía con sus socios europeos. La distribución del Valor Añadido Bruto (VAB) correspondiente al segundo trimestre de 2015 es la que se señala a continuación: Agricultura, silvicultura y pesca 2,2%; industria, construcción, energía y agua 21,1%; servicios 76,7% (Fuente: INE).

En cuanto a la distribución del empleo en ese mismo periodo, la agricultura, silvicultura y pesca registró un 8,0%; industria, construcción, energía y agua un 24,2%, y servicios un 67,8% (Fuente: INE).

El tejido industrial portugués cuenta con muchos ejemplos de grandes empresas de dimensión internacional, pero la base empresarial de su economía son fundamentalmente empresas de dimensión más reducida. Un elemento fundamental para aumentar la competitividad del tejido industrial es la inversión en I+D+i.

La economía lusa ha destinado más recursos financieros y humanos a este área. De acuerdo con el Innovation Union Scoreboard (IUS 2015, ranking europeo de innovación), que compara el estado y evolución de la innovación de cada uno de los países de la UE, Portugal ocupa la posición 17 en el ranking. En 2006, el país era apenas el 22º entre los 27 estados-miembro de la UE, posición que fue mejorando hasta el 16º lugar en 2009 y 2011, pasando del grupo de países en “catching-up” al grupo de “moderate innovators”.

Con la entrada en vigor de un nuevo marco comunitario de apoyo, Portugal 2020, se prevén unas líneas de inversión pública de 26.000 millones de euros, de los que 10.000 se destinarán a internacionalización, innovación e I+D. También existen ayudas de carácter fiscal en el marco del Código Fiscal de Inversión; ayudas para la creación de empleo, con instrumentos de apoyo a la contratación y a programas de formación profesional enfocados a las necesidades de sectores.

Diversos sectores industriales crecen de forma consistente creando una base sólida para la economía del país vecino, entre los que destacan: automóvil y componentes, industria portuguesa de papel y pasta de papel, industria de moldes, industria química e industria portuguesa de tecnologías de la información y telecomunicaciones.